"Extrema derecha y extrema izquierda unidas en un nuevo proyecto independentista"

La fractura del independentismo catalán: nace Dempeus, una plataforma de ira y contradicciones

El movimiento independentista catalán atraviesa su momento más frágil. Lo que comenzó como una ola unitaria de euforia soberanista se ha convertido en un rompecabezas de facciones enfrentadas. La última pieza en sumarse al tablero es Dempeus per la Independència, una nueva plataforma nacida el 5 de junio bajo un lema implacable: la independencia como prioridad absoluta, sin concesiones.

La organización de los desencantados —como ya la definen sus críticos— agrupa a quienes sienten traicionados los ideales del procés: exmilitantes de Junts per Catalunya y ERC, activistas históricos y figuras marginales del soberanismo. Su discurso es el de la ruptura: rechazan el diálogo con España, acusan a los partidos tradicionales de tibieza y plantean una estrategia basada en la unilateralidad. Su objetivo inmediato: presentar una lista "rompedora" en las próximas autonómicas, polarizando el voto junto a la extrema derecha de Aliança Catalana.

Pero Dempeus es, ante todo, una paradoja. Bajo su paraguas confluyen desde exmiembros de la izquierda independentista —como la cúpula de Solidaritat, escindida de ERC— hasta simpatizantes de la ultra Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll. Su portavoz, Manel Manzanas, lo resume sin ambages: "Esto no va de izquierdas o derechas. Primero, la independencia".


Un proyecto sin rumbo

A pesar de su retórica incendiaria, la plataforma carece de un programa definido. Su ideario mezcla tópicos antiespañoles —como el supuesto "expolio fiscal", ahora recalculado en 22.000 millones anuales— con promesas vagas de un futuro próspero tras la secesión: pensiones más altas, becas-salario y un Estado libre de "las rémoras franquistas".

Entre sus filas figuran nombres conocidos:

  • Elisenda Paluzie y Dolors Feliu, expresidentas de la ANC.
  • Jordi Roset, empresario cercano a Puigdemont.
  • Fredi Bentanachs, exintegrante de Terra Lliure vinculado a círculos ultras.

Pero también afloran las tensiones. Fuentes del independentismo tradicional tachan a Dempeus de "un refugio para egos heridos" y advierten de su inestabilidad ideológica. "Son gente que no logró poder en sus partidos y ahora busca su parcela", señala un dirigente anónimo a Diario de Actualidad.


La estrategia: revivir el conflicto

Manzanas dejó claro el propósito del grupo en su presentación: "Cataluña está pacificada, dicen… Dempeus viene para alterarla de nuevo". Su apuesta es clara: reactivar el unilateralismo y capitalizar el descontento de un sector que se siente huérfano. Sin embargo, su capacidad para aglutinar votos sigue en duda. Mientras ERC y Junts observan con recelo, Aliança Catalana —la otra fuerza rupturista— podría disputarle el mismo espacio.

El riesgo de fractura es palpable. Lo que queda por ver es si Dempeus logra canalizar la ira de los indepes desencantados o se diluye en sus propias contradicciones. Mientras tanto, la semilla de la discordia ya está sembrada.

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