Explorando el paraíso del café: Un viaje por las 70 variedades premiadas que no te puedes perder

En Cantabria, la riqueza gastronómica se fusiona con la cultura cafetera para ofrecer a propios y visitantes una experiencia única. Desde los tradicionales sobaos pasiegos, cuya vida útil se extiende en innovadoras torrijas, hasta una variada oferta de establecimientos en los que el café no es solo una bebida, sino una invitación a disfrutar de momentos únicos, esta región se posiciona como un destino imperdible para los amantes del buen comer y el café de calidad.

La receta cántabra que transforma los sobaos pasiegos, símbolo de la repostería regional, en una versión singular de torrija, promete ser una revelación para paladares en busca de fusiones sorprendentes. Este giro creativo en la cocina tradicional cántabra representa una alternativa perfecta para impresionar a los invitados y rescatar sabores nostálgicos con un toque innovador.

Acompañando a esta delicia, se encuentra la propuesta de una ruta gastronómica y cafetera por Cantabria, una aventura sensorial que comienza en la capital, Santander, y se extiende a lo largo de la región, presentando a los visitantes una diversidad de sabores y atmósferas que varían desde las clásicas cafeterías hasta los más modernos establecimientos especializados en café de especialidad.

El café, esa bebida que despierta pasiones y acompaña rutinas, se ha convertido en el eje central de un movimiento que aprecia y valora la calidad y la procedencia de cada grano. En este contexto, Cantabria no se queda atrás y eleva la experiencia cafetera con lugares como La Brújula, donde el café Dromedario marca el inicio del día; o Kafeteros, que propone una inmersión en el mundo del «slow coffee» y los orígenes diversificados de sus granos.

Más allá de Santander, localidades como Heras con Café Dromedario, destacan en el mapa cafetero con propuestas que van desde blends premiados internacionalmente hasta cafés provenientes de fincas alrededor del mundo, convirtiéndose en un destino obligado para los conocedores y entusiastas del café.

Pero Cantabria también ofrece espacios que conjugan con maestría el café con la innovación gastronómica, como Oromo, donde el café de especialidad se complementa con propuestas frescas como pokes o gyozas de verdura. Esta tendencia de maridar cafés excepcionales con ofertas culinarias contemporáneas también se vive en lugares como Gallofa & Co, que suman a la experiencia sus premiadas selecciones de café.

Así, el norte de España se convierte en un destino privilegiado para los amantes del café y la gastronomía. La propuesta cántabra, con sus peculiares torrijas de sobao y su vasta ruta cafetera, promete no solo satisfacer paladares, sino también crear momentos memorables alrededor de la mesa y la taza. Entre aromas y sabores, Cantabria se erige como un emblema de la cultura cafetera en España, invitando a viajeros y locales a detenerse y saborear la vida, una taza a la vez.

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