Con una victoria histórica, España se ha coronado campeona en el Mundial Femenino de Fútbol, reflejando la creciente importancia y reconocimiento de un deporte que tradicionalmente había sido menospreciado.
Jorge Vilda, que sufrió intentos de desautorización en el pasado, ha logrado transformar el destino del equipo nacional femenino. A pesar de los desafíos y las críticas, supo liderar desde una posición desfavorable, transmitiendo confianza y determinación a un equipo que, hace solo un año, vio a 15 de sus jugadoras renunciar debido a conflictos internos. Como señala Moisés Ruiz, experto en Liderazgo de la Universidad Europea: «Vilda ha sabido aunar voluntades, cicatrizar heridas y ganarse la autoridad moral en cada partido”.
La selección española, renovada con respecto al Mundial de 2019, mostró una superioridad técnica, con una precisión en el pase del 89,77% hasta los octavos de final, cifra significativamente superior a los mundiales anteriores. Iyán Iván – Baragaño, destacado investigador en el campo del fútbol femenino, recalca la evolución que ha tenido el equipo en términos de precisión y técnica.
El auge del fútbol femenino es innegable. El patrocinio y el apoyo de los clubes han aumentado considerablemente en la última década, reflejando una mayor apreciación y valoración del deporte. Sin embargo, Baragaño señala que hay una disparidad en la investigación relacionada con el fútbol femenino. Para seguir el crecimiento vertiginoso del deporte, es crucial invertir más en investigación y desarrollo.
El interés global también se ha reflejado en las cifras de asistencia y audiencia. El Mundial batió récords, con una asistencia máxima de 75.784 espectadores en el debut de Australia contra Irlanda. Sorprendentemente, este ha sido el primer Mundial con 32 selecciones, y a pesar de las expectativas, ha registrado la cifra más baja de goles por partido en la fase de grupos, reflejando una mayor igualdad competitiva entre las naciones participantes.
Cabe destacar el sorprendente desenlace para las leyendas del fútbol femenino, Megan Rapinoe, Marta Vieira y Christine Sinclair, cuyas selecciones (Estados Unidos, Brasil y Canadá) no superaron los octavos de final. Un testimonio de cómo el panorama del fútbol femenino mundial está cambiando, y cómo nuevas potencias están emergiendo.
Con estos logros y cambios significativos, el Mundial Femenino de Fútbol 2023 no solo celebra la victoria de España, sino el avance y la creciente relevancia del fútbol femenino en el escenario global.
Gracias por compartir información desde Comunicación de la Universidad Europea. Fotografía de la RFEF.
