El viento del oeste concede un alivio crucial durante varias horas para detener el avance de las llamas.

El incendio que comenzó el jueves en la Comunidad Valenciana está poniendo a prueba la capacidad de los equipos de emergencia y los recursos disponibles. En las últimas horas, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha alertado de que el jueves volverán las altas temperaturas y las fuertes rachas de viento, y ha pedido a los equipos que aprovechen las horas disponibles para frenar el avance del fuego.

La consellera Gabriela Bravo ha aportado una nota de esperanza al afirmar que se ha conseguido reducir la llama, y que la meteorología ha abierto una ventana de oportunidad para trabajar en la extinción del incendio. Con una humedad del 90% durante la tarde, los equipos trabajan ahora para desactivar todos los puntos calientes y evitar reproducciones.

A pesar de estos avances, el incendio sigue activo, y la consellera ha advertido de que queda mucho por hacer. En la última actualización, el incendio tenía un perímetro de 55 km, y no se ha decidido todavía qué ocurrirá con los vecinos desalojados.

El presidente de la Generalitat ha asegurado que la seguridad es fundamental, y que ningún vecino debe salir herido. «El patrimonio natural nos duele en el alma, pero lo que no podemos permitir es que haya ninguna desgracia personal», ha insistido Puig. El trabajo de extinción se realiza contrarreloj, ante la llegada del viento de poniente que podría reavivar las llamas.

En la cara positiva, el Parc Natural de la Serra d’Espadà se mantenía intacto al cierre de esta edición. Sin embargo, el incendio ha calcinado suelo de alto valor ecológico perteneciente a la red Natura 2000. «No podemos bajar la guardia», ha advertido Ximo Puig.

Alrededor de 1.700 personas de diferentes localidades permanecen desalojadas de sus hogares como medida de prevención. «La prioridad ahora es garantizar su seguridad», ha afirmado Puig, quien se ha mostrado solidario con todos los afectados.

En definitiva, el incendio sigue siendo una amenaza grave, pero los equipos de emergencia están trabajando sin descanso para controlar la situación. La meteorología ha dado una tregua, y se espera que se aproveche al máximo el día y medio disponible antes de que regresen las altas temperaturas y las fuertes rachas de viento. La seguridad de los vecinos sigue siendo la prioridad, y se espera que las decisiones tomadas sean las mejores para evitar cualquier desgracia personal.

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