El Silencio Bipartidista sobre el Servicio Militar en España: Un Tabú Persistente en el Debate Público

En los últimos años, la sombra de la recuperación del servicio militar obligatorio ha planeado sobre Europa, especialmente a raíz de la guerra de Ucrania iniciada en febrero de 2022. Sin embargo, esta posibilidad parece distante en el caso de España, donde ningún partido político mayoritario muestra interés en reabrir el debate. Tanto el PP como Vox han dejado claro que no es una prioridad para ellos, mientras que la ministra de Defensa, Margarita Robles, del PSOE, ha sido tajante al desestimar la cuestión en diversas ocasiones.

Las razones de esta reticencia en España son varias, según apuntan expertos en la materia. Una de ellas es la falta de un debate profundo sobre la política internacional y de defensa del Estado, así como el recuerdo reciente de la lucha del movimiento objetor e insumiso que, en las décadas de los 80 y 90, consiguió la supresión de la conscripción en el país. Además, la atención se centra en la necesidad de avanzar hacia la plena profesionalización de las Fuerzas Armadas antes de considerar cualquier retorno al servicio militar obligatorio.

Rafael Ajangiz, sociólogo y experto en la temática, considera que el retorno de la mili sería un «suicidio» desde el punto de vista electoral, opinión que coincide con la percepción general de que el debate sobre su recuperación es inexistente o muy limitado en España. A nivel europeo, aunque algunos países como Letonia o Lituania han optado por recuperar el servicio militar obligatorio en respuesta a la creciente percepción de amenaza rusa, en España, situada en el extremo opuesto del continente, la situación se percibe con menor urgencia.

Sin embargo, la discusión no se limita a España. En otros países europeos se observa un renovado interés por el debate, mostrando un panorama diverso en cuanto a la percepción y el apoyo hacia la posibilidad de reintroducción del servicio militar obligatorio. Países como Croacia están considerando seriamente la medida, mientras que en Bulgaria y la República Checa, aunque hay cierto respaldo popular, las iniciativas políticas al respecto aún no se concretan.

Marco Antonio Gómez, presidente de la Asociación de la Tropa y Marinería Española, subraya la «precariedad» que viven los miembros de las Fuerzas Armadas de rangos más bajos, lo cual pone en duda la viabilidad de recuperar la mili en un marco donde ni siquiera se garantiza una carrera profesional digna y estable para los profesionales voluntarios actuales.

El debate sobre el servicio militar obligatorio, lejos de ser un asunto meramente militar o de seguridad, se entremezcla con cuestiones de política internacional, defensa nacional, y especialmente, con la percepción social y las memorias históricas de lo que significó la mili en generaciones anteriores. Pese a la mención esporádica del tema en el espectro político y social español, lo que prevalece es la convicción de que el país aún tiene tareas pendientes en cuanto a la modernización y profesionalización de sus Fuerzas Armadas antes de considerar cualquier regreso al servicio militar obligatorio, una postura que parece gozar de un consenso amplio tanto en el ámbito político como en el social.

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