El juez de vigilancia penitenciaria de Cataluña ha recomendado negar el tercer grado al exlíder catalán, Oriol Junqueras, quien cumple una condena de 13 años de prisión por su papel en el referéndum de independencia de Cataluña en 2017. El informe del juez contradice la opinión de la Junta de Tratamiento de la prisión, que había propuesto conceder el tercer grado a Junqueras.
Esta decisión ha sido muy esperada y ha generado un gran debate en España, especialmente en Cataluña, donde el independentismo es muy fuerte. Algunos han argumentado que Junqueras debería ser puesto en libertad y que el tercer grado sería un paso en esa dirección. Otros opinan que Junqueras debe cumplir íntegramente su condena en prisión.
El informe del juez muestra que no es apropiado conceder el tercer grado antes de que se cumpla un tercio de la condena, como es el caso de Junqueras. El juez también se basa en el hecho de que Junqueras no ha mostrado arrepentimiento ni ha renunciado a sus ideas independentistas.
El tercer grado es un régimen penitenciario que implica la posibilidad de salir de prisión durante el día para trabajar o estudiar, y solo volver a dormir a la cárcel. Para ser elegibles para el tercer grado, los presos deben cumplir una serie de requisitos, como mostrar un buen comportamiento y haber cumplido una cierta cantidad de la condena.
En el caso de Junqueras, la Junta de Tratamiento había propuesto concederle el tercer grado debido a su buen comportamiento en prisión y su perfil «bajo riesgo de reincidencia». Además, argumentó que el tercer grado ayudaría a la reintegración de Junqueras en la sociedad y a su reinserción laboral.
Sin embargo, el informe del juez contradice esta opinión, argumentando que conceder el tercer grado a Junqueras antes de un tercio de su condena le daría un trato preferencial y enviaría un mensaje equivocado a la sociedad. El informe también señala que la condena de Junqueras no se reducirá si se le concede el tercer grado, lo que significa que seguirá siendo responsable de su delito y deberá cumplir su pena, aunque en un régimen de semilibertad.
Esta decisión no es definitiva y aún debe ser ratificada por el juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional. Además, Junqueras tiene pendiente una apelación en el Tribunal Supremo sobre su condena, que podría llevar a su absolución o a una reducción de su sentencia.
En cualquier caso, el informe del juez pone de manifiesto la complejidad y sensibilidad del tema de los terceros grados en España, especialmente en los casos de presos políticos. La decisión final deberá tener en cuenta todos los aspectos relevantes, incluyendo el comportamiento del preso, la gravedad de su delito y su capacidad de reintegración en la sociedad, sin olvidar la necesidad de garantizar la justicia y la equidad.
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