En una audaz propuesta diseñada para abordar las preocupaciones sobre la salud mental digital de los jóvenes, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha generado un considerable debate con su sugerencia de retrasar el acceso a internet hasta los 16 años. Esta proposición, que será defendida en el pleno del Congreso de los Diputados, se extiende a cualquier tipo de contenido en línea, desde plataformas educativas como Wikipedia hasta contenido exclusivo para adultos, e incluso insta a posponer el uso de teléfonos inteligentes hasta los 14 años.
La iniciativa forma parte de un paquete más extenso de medidas orientadas a “reforzar la protección digital de la salud mental de la juventud”. Sin embargo, la recomendación de aplazar el empleo de internet ha suscitado preocupaciones, dada la integración profunda de esta tecnología en los sistemas educativos a lo largo del país, donde desde hace años se utiliza como herramienta de apoyo académico.
Además, los socialistas han propuesto prohibir características de diseño consideradas nocivas, tales como el deslizamiento infinito de contenido, las notificaciones constantes y la reproducción automática de vídeos, políticas que afectarían principalmente a plataformas digitales y redes sociales como Instagram, TikTok, Facebook, y X, así como a sitios de noticias en línea que emplean métodos similares para mantener la atención de los usuarios.
La proposición aboga por fomentar que los servicios de las redes sociales sean «éticos por defecto», idea que, aunque suena prometedora, plantea interrogantes sobre su implementación práctica. Esta propuesta se dirige a la realización de cambios radicales en cómo las redes sociales operan, incitándolas a abandonar «patrones oscuros» o técnicas que manipulan las decisiones inconscientes de los usuarios, perjudicando la protección de sus datos personales.
Como complemento a estas medidas, el PSOE sugiere el desarrollo de herramientas accesibles en las aplicaciones para la desintoxicación digital, permitiendo a los usuarios gestionar su tiempo de uso, además de programas de formación para las familidades con el objetivo de mejorar su conocimiento sobre los riesgos asociados al uso de las redes y cómo manejar el uso que hacen sus hijos de estas plataformas.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha clasificado aún la adicción a internet, al móvil o a las redes sociales como trastorno, los datos presentados por el Ministerio de Sanidad en 2022 indican que el 10,8% de los jóvenes entre 15 y 24 años reconoce hacer un uso problemático de internet, situando a este grupo de población como el más afectado.
Mientras el debate sobre las implicaciones de tal proposición continúa, queda claro que las preocupaciones sobre el impacto de las tecnologías digitales en la salud mental de los jóvenes se encuentran en el centro de esta polémica medida, planteando un desafío significativo tanto para los diseñadores de políticas como para la sociedad en su conjunto.