El París Saint-Germain domina la Ligue 1 de manera insultante. La última actualización de los valores de mercado de los futbolistas realizada por ‘Transfermarkt’, refleja que la plantilla del club de Nasser Al-Khelaïfi tiene un valor de mercado de 889 millones de euros, 570 millones más que la segunda más cara, la del Stade Rennais.
En los últimos diez años, el PSG solo ha dejado escapar dos títulos, lo que deja la sensación de que las ligas las perdió el PSG, no que las ganaron los rivales. Una muestra de lo que sucede en la competición gala. Los equipos no tienen capacidad de retener a sus jugadores, tanto por motivos económicos como deportivos, lo que hace que el PSG pueda fichar a diestro y siniestro para tratar de mejorar su plantilla.
El PSG ha sido el gran agitador en el mercado de fichajes de los últimos años en la liga francesa. Si no vienen otras ligas más poderosas a ‘pescar’, ofreciendo grandes cantidades de dinero y sueldos estratosféricos, lo hace el club de Al-Khelaïfi como pasó con Kylian Mbappé o el pasado verano con Hugo Ekitike, una de las revelaciones del año pasado en el Stade Reims, por el que pagarán 35 millones de euros a final de este curso.
En Francia, todos los proyectos que no son el PSG pueden aspirar como mucho a finalizar el campeonato doméstico en la segunda plaza. Los equipos no tienen capacidad de retener a sus estrellas y es así como los grandes talentos han dejado el fútbol francés en busca de nuevas oportunidades en ligas más poderosas. Tenemos casos como el de Lucas Paquetá, que dejó el Olympique de Lyon este verano para poner rumbo a la Premier League, firmó por el West Ham a cambio de 42 millones de euros, o James Rodríguez (75 millones) y Aurélien Tchouaméni (80 millones) que cambiaron Mónaco por Madrid en 2014 y 2022, respectivamente.
Thomas Lemar, que se fue al Atlético de Madrid en 2018 por 72 millones, o Nicolas Pépé (2019) y Victor Oshimen (2020), que se marcharon al Arsenal y al Nápoles tras despuntar en el Lille a cambio de 80 y 75 millones de euros.
El Olympique de Marsella, por la propuesta futbolística de Igor Tudor, los grandes refuerzos en ambos mercados (tanto el de verano como el de invierno, en el que se apuntaló la plantilla del todo) y obviamente por los resultados, se erigía como el gran candidato para asaltar el trono del PSG. Aunque todo apunta a que no será así. Están a siete puntos del PSG a diez partidos de terminar la temporada. Sin distracciones en París tras quedar eliminados de la Champions League, parece prácticamente imposible un cambio de guion.
En resumen, el poderío económico del PSG respecto a los 19 participantes restantes de la Ligue 1 es insultante. El club de Nasser Al-Khelaïfi a golpe de talonario sigue dominando la competición francesa, lo que hace que el resto de los equipos no puedan retener a sus estrellas por motivos económicos y deportivos. Una dinámica que parece no tener fin en la liga francesa.
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