Un estudio realizado por la Fundación Ellis de Alicante en España analizó los efectos que los filtros de embellecimiento de las redes sociales, como Instagram y Tik Tok, tienen en la diversidad y representatividad. El análisis se realizó en bases de datos con decenas de miles de caras y concluyó que los filtros homogeneizan las caras siguiendo un canon de belleza caucásico que equipara ser blanco con ser bello. Es decir, se detectó un sesgo racial hacia el blanqueamiento de las pieles, eliminación de impurezas y creación de rasgos faciales comunes a todas las caras, sin importar la diversidad étnica o racial.
Este efecto se da porque los filtros emparejan rasgos caucásicos similares que están relacionados con la belleza occidental. Además, el estudio concluye que esta uniformidad de apariencia es el campo de cultivo para algunos trastornos mentales, como la dismorfia corporal, ansiedad, trastornos de conducta alimentaria y jóvenes que buscan operaciones para tener una cara parecida al filtro de Instagram.
La experta en la materia, Nuria Oliver, Directora Científica de la Fundación Ellis, concluye que esto genera muchos problemas a las personas y podría generar infelicidad al compararse con imágenes irreales generadas por los filtros. La mayoría de filtros son creados por usuarios y todos van hacia el mismo canon de belleza, lo que tiene consecuencias psicológicas muy difíciles de evitar. Además, el uso de filtros de embellecimiento en Instagram es el que genera más likes y, por lo tanto, posiciona mejor el algoritmo de esta red social. El impacto social que tiene la Inteligencia Artificial debería buscar la forma de ayudar a las personas y no hacerles daño, afirma Oliver.
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