En un giro contundente en la política española, el Partido Popular (PP) ha cerrado la puerta a cualquier forma de «colaboración» con el Partido Socialista Catalán (PSC) para la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Catalunya. Este rechazo se cimienta en la firme postura del PP contra cualquier negociación que implique pactos con partidos independentistas, ya sea en Cataluña o en el ámbito gubernamental de Madrid.
Alejandro Fernández, líder del PP catalán, ha sido enfático en sus declaraciones a la prensa, asegurando que su partido no contribuirá con sus votos a los socialistas sin una clara separación de estos del separatismo catalán. La posición de Fernández, apoyada activamente desde la dirección de Génova, evidencia una política de línea dura con respecto al separatismo y cualquier colaboración que pueda interpretarse como un aval a este.
Si bien desde el PP se ha indicado que estarían dispuestos a escuchar al PSC, sus condiciones son inequívocas: cualquier posibilidad de acuerdo debería incluir la renuncia de los socialistas a sus pactos con partidos como Junts o ERC, tanto en el Congreso como en la Generalitat. Esta posición ha sido ratificada por Borja Sémper en una rueda de prensa reciente, argumentando que el PP se mantendrá firme en sus compromisos para no favorecer una política que permita el avance del separatismo.
Este escenario político se complica aún más con la posibilidad de que el PSOE, liderado por Pedro Sánchez, esté considerando sacrificar la investidura de Salvador Illa para mantener el apoyo de partidos independentistas en el Congreso. Aunque el PSC ha descartado esta posibilidad, el PP permanece escéptico y mantiene sus dudas sobre la fiabilidad de Sánchez en este asunto.
El PP, por su parte, celebra un notable incremento en su representación parlamentaria en Cataluña, pasando de 3 a 15 escaños bajo el liderazgo de Alejandro Fernández. Este resultado ha otorgado un renovado dinamismo al partido, que ve en su crecimiento electoral un rechazo al socialismo de Sánchez y una apuesta por una alternativa moderada para España.
A pesar del fortalecimiento de su posición en Cataluña, el PP ha evitado valorar el desempeño de otras fuerzas políticas como Vox, y se centra en promover una visión moderada que pueda captar el voto del centro, alejándose así de los extremos políticos. La continuidad de Fernández al frente del PP catalán aún es incierta, aunque su liderazgo se encuentra reforzado por los últimos resultados electorales. La dirección nacional del partido, liderada por Alberto Núñez Feijóo, deberá decidir si renueva su confianza en Fernández o inicia un proceso de renovación en Cataluña.
Este enfrentamiento entre el PP y el PSC sobre la investidura de Illa y la postura frente al independentismo destaca la complejidad y la polarización de la política catalana y española, marcando un período de incertidumbre y negociaciones que definirá el futuro político de Cataluña.