La Guardia Civil de Alicante, en la operación Cañonero, incautó un total de 79 armas que pertenecían a un delincuente habitual que tenía conocimientos en el campo de la tornería y podía tanto rehabilitar armas inutilizadas como fabricar piezas nuevas. En España, el tráfico de armas es moderado, pero la Guardia Civil ha detectado un aumento en la cantidad de pistolas, revólveres y fusiles de guerra que se utilizan principalmente en el tráfico de drogas. Los grupos organizados recurren a la compraventa ilegal por Internet o a la rehabilitación de armas para fortalecer sus almacenes y robar material de otras bandas o para ajustes de cuentas. Los oficiales de la Guardia Civil que revelaron esta información prefieren mantener su identidad en secreto.
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