El Belén Municipal retoma su ubicación en el Museo Cristina García Rodero y ha despertado gran interés entre los estudiantes locales, deseosos de admirar las diversas escenas bíblicas que este año incorporan novedades como un flamante río, así como elementos distintivos de Puertollano como el Pilancón de los Burros, las famosas pipas de Juanito o las representativas jarras de agua agria.
Tras su reubicación temporal en la planta baja del Ayuntamiento el año pasado, el belén vuelve a su emplazamiento original en la entrada del antiguo edificio consistorial, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de disfrutar de la exposición en cualquier momento del día gracias a un sensor que activa la iluminación automáticamente.
Un Belén hecho con cariño
El corazón y la dedicación han sido los ingredientes principales en la elaboración del belén que permanecerá abierto al público hasta el 6 de enero. Margarita Fernández y Rosa Mansilla, empleadas municipales del servicio de parques y jardines, fueron las encargadas de la creación bajo la supervisión de Aumi Arias, quien, a pesar de su jubilación, no ha dudado en contribuir con su experiencia para levantar este emblemático montaje que atraerá a cientos de personas durante las fiestas.
Los visitantes tienen la oportunidad de contemplar una fiel representación del Pilancón de los burros, el antiguo abrevadero que fue reconstruido basándose en el testimonio de vecinos, preservando así los recuerdos de la infancia y el legado agrícola de la localidad.
Además del Pilancón, se puede disfrutar de otros elementos animados como una noria adornada con pequeñas jarras de Agua Agria, en tributo a Rafael Viciconti, y escenas de carácter local tales como el tío vivo, los panaderos, el herrero y la alfarera, ya disponibles para el deleite de los ciudadanos.
Tradicionalmente, el belén representa un importante atractivo cultural y turístico durante la temporada navideña, y no cabe duda de que la edición de este año mantendrá esa tradición viva y palpitante.
