Desde que el Sáhara pasó a formar parte de la lista de territorios no autónomos de la ONU en 1963, su espacio aéreo ha sido gestionado por España desde las Islas Canarias. Este hecho se debe a que el Sáhara Occidental, antigua colonia española, sigue siendo un territorio en disputa.
La gestión del espacio aéreo del Sáhara desde las Islas Canarias se realiza a través del control de tráfico aéreo, el cual es llevado a cabo por la empresa pública española ENAIRE. Esta empresa, encargada de la navegación aérea en España, también se encarga de gestionar el espacio aéreo de otros territorios no autónomos, como puede ser el caso de las Islas Malvinas.
En el caso del Sáhara, la gestión del espacio aéreo se realiza siguiendo las recomendaciones de la ONU, la cual establece que España debe administrar este espacio hasta que se resuelva la cuestión de su estatus político. Cabe destacar que, aunque España sigue manteniendo un papel activo en el conflicto del Sáhara, en 2021 se cumplirán 20 años desde que el país abandonó el territorio, dejando a Marruecos como administrador de facto.
Esta gestión del espacio aéreo del Sáhara desde las Islas Canarias ha generado cierta polémica a lo largo de los años. Por un lado, hay quienes creen que España debería dejar de gestionar el espacio aéreo de un territorio que no le pertenece, ya que esto podría avalar una situación de ocupación que no está reconocida internacionalmente. Por otro lado, hay quienes defienden que España cumple con las recomendaciones de la ONU y que la gestión del espacio aéreo es una cuestión técnica y no política.
Además de la polémica que rodea a su gestión, el espacio aéreo del Sáhara también plantea una serie de desafíos técnicos. Uno de los más importantes es la falta de aeropuertos en la región, lo cual dificulta el acceso aéreo y reduce las posibilidades de desarrollo turístico y económico en la zona. A esto se suma la complejidad de la navegación aérea en un territorio que no cuenta con infraestructuras suficientes para garantizar la seguridad de los vuelos.
A pesar de los desafíos que plantea, la gestión del espacio aéreo del Sáhara desde las Islas Canarias parece que seguirá siendo responsabilidad de España en un futuro cercano. Mientras no se resuelva el conflicto político del Sáhara, la ONU seguirá recomendando que España administre su espacio aéreo. Por tanto, será necesario seguir trabajando en mejorar las infraestructuras y garantizar la seguridad de los vuelos, con el objetivo de fomentar el crecimiento económico y el desarrollo de la zona.
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