El Congreso avala la tramitación de la ley del PP para prolongar las nucleares con el apoyo de Vox y la abstención clave de Junts
El Pleno del Congreso de los Diputados ha dado luz verde este martes a la proposición de ley del Partido Popular (PP) para extender la vida útil de las centrales nucleares en España, gracias al respaldo de Vox y la decisión clave de Junts per Catalunya de abstenerse. La votación, que ha terminado con 171 votos a favor, 166 en contra y siete abstenciones, marca un punto de inflexión en el debate energético mientras el Gobierno se enfrenta a presiones para garantizar el suministro sin retrasar la transición ecológica.
ERC, que en ocasiones anteriores se había abstenido en votaciones similares junto a Junts, ha roto esta vez su patrón para oponerse a la iniciativa. Su diputada Teresa Jordá ha acusado a los sucesivos gobiernos centrales de "irresponsables" por no diseñar "planes de transición energética suficientes ni a tiempo". Aunque reconoce que Cataluña obtiene más del 50% de su electricidad de estas plantas, ha insistido en que mantenerlas abiertas supone riesgos de seguridad y costes insostenibles. "No se puede cerrar el grifo nuclear sin alternativas, pero su prolongación solo agrava los problemas", ha dicho.
Desde Junts, Pilar Calvo ha justificado la abstención alegando la necesidad de no perjudicar "la competitividad de la industria catalana". La diputada ha cargado contra la vicepresidenta Teresa Ribera, a quien reprocha no haber reunido a las empresas energéticas para abordar el retraso en la transición: "Cataluña no puede pagar los platos rotos de una planificación fallida".
El PP celebra, el PSOE alerta
En el hemiciclo, el diputado popular Juan Diego Requena ha defendido la iniciativa citando informes que califican la energía nuclear de "esencial" y arremetiendo contra un Ejecutivo "cercado por la corrupción y con los días contados". "No pueden tomar una decisión irreversible y dejar el problema al siguiente gobierno", ha espetado.
Frente a esta postura, el PSOE y sus aliados han destacado los obstáculos técnicos y económicos. El socialista Andreu Martín ha lanzado una pregunta irónica al PP: "¿Dónde van a guardar los residuos? ¿En Barcelona? ¿En Génova 13? ¿En el ático de Ayuso?". Mientras, el PNV ha cifrado en 2.500 millones anuales los "sobrecostes" que supondría la medida para los consumidores.
Sumar ha denunciado el "cartel" de las eléctricas, y Vox, en cambio, ha ido más allá: su portavoz, José María Figaredo, no solo ha apoyado alargar las nucleares existentes, sino que ha pedido abrir nuevas plantas y reducir sus impuestos.
El debate deja al descubierto las tensiones entre la urgencia de descarbonizar la economía y la dependencia de una energía que divide al arco parlamentario. Con la ley ahora en trámite, la pelota queda en el tejado de un Gobierno que deberá equilibrar seguridad, costes y plazos en una carrera contrarreloj.
(Imagen: Central nuclear de Cofrentes / Europa Press)
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