El barrio como aliado contra el consumismo compulsivo

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Cada año, cuando noviembre llega, también lo hacen las oleadas de campañas publicitarias centradas en los descuentos del Black Friday y las compras navideñas. Este periodo a menudo lleva a que millones de personas se lancen a las tiendas o realicen compras en línea de manera masiva, sin reflexionar sobre las consecuencias de sus decisiones de consumo. En este contexto, Nextdoor, la plataforma que conecta a las comunidades locales, ofrece alternativas para evitar caer en la trampa del consumismo innecesario.

En un momento de incertidumbre económica en el que el aumento de los precios de los productos básicos es la principal preocupación de los residentes españoles, tomar decisiones conscientes sobre qué y cómo consumir se convierte en una prioridad. Según un estudio* realizado por Nextdoor, el 73% de los vecinos ha experimentado un impacto negativo debido al encarecimiento de los productos esenciales en los últimos meses.

Fechas como el Black Friday suelen promover un tipo de consumo rápido e impulsivo en el que pocos se detienen a considerar si realmente necesitan lo que están comprando. Además, en muchas ocasiones, los supuestos descuentos resultan ser ilusorios y engañan a los consumidores, aprovechándose de su deseo de adquirir productos a precios más bajos. En concreto, durante el Black Friday de 2022, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) reveló que el 99% de los descuentos anunciados no eran genuinos.

¿Capricho o necesidad?

La creencia de que comprar un producto o conseguir una prenda o un accesorio te hará más feliz es una falsa necesidad creada por las mismas personas que ponen a la venta su supuesta solución. Por ello, Nextdoor quiere recordar a los vecinos españoles algunas alternativas al consumismo compulsivo:

Economía circular

En muchas ocasiones, la acción de comprar se vuelve una adicción, una falsa necesidad que no solo supone un gasto innecesario sino que también fomenta un impacto negativo en el medio ambiente. Sectores como la moda rápida, que incita al consumo continuado de prendas que dejan de ser útiles en poco tiempo, son el motivo de que la industria de la moda sea la responsable del 10% de todas las emisiones de carbono mundiales, según la iniciativa Save the Planet Now[1].

La solución a esta tendencia es apostar por la economía circular, el modelo de producción y consumo que busca garantizar un crecimiento sostenible en el tiempo. Esta propuesta aprovecha al máximo los recursos materiales y alarga el ciclo de vida de los productos. El mejor ejemplo de ello son las compras de productos de segunda mano. Según una reciente investigación de Nextdoor, el 88% de la población española ha comprado productos de segunda mano alguna vez, mientras que el 67% los ha vendido. De hecho, para el 62% de quienes ponen a la venta objetos de segunda mano su motivación ha sido la sostenibilidad y la economía circular.

El 78% de los que han comprado o vendido productos usados lo han hecho por plataformas digitales como Nextdoor, la cual cuenta con una sección llamada “A la venta y gratis” en la que los vecinos pueden encontrar todo tipo de productos para reutilizar. De hecho, en los últimos cuatro meses, el 27% de los artículos en la sección “A la venta y gratis” fueron gratuitos.

Comercio local

Los grandes descuentos son promovidos por grandes almacenes y marcas que pueden permitirse hacerlos pero, ¿qué pasa con los pequeños comercios? El comercio local intenta competir en la lucha de ofertas, sin embargo, por mucho que bajen los precios, la competición es injusta y para nada igualada.

En este contexto, “el apoyo de los vecinos al comercio de barrio es fundamental en estas fechas” señala Katherine Villegas, City Manager de Nextdoor en Madrid, quien insiste en que “el consumismo compulsivo es antónimo de un crecimiento económico justo y por ello los vecinos deben apostar por los negocios locales en detrimento del hiperconsumismo que solo contribuye a promover una sociedad materialista donde el pequeño comercio queda olvidado”. De hecho, los vecinos de Nextdoor ya siguen esta tendencia: un 25% reconoce comprar más en comercio local a causa de la inflación y la subida de precios.

Consumo colaborativo y bancos del tiempo

Más allá de si necesitamos o no comprar algo, muchas veces consumimos productos o servicios sin reflexionar previamente si pudiéramos obtenerlos por otra vía. El vecindario puede ser un gran aliado a la hora de encontrar alternativas al consumo ansioso. Por ejemplo, una tendencia en alza en España es el denominado consumo colaborativo que consiste en compartir o intercambiar viviendas, medios de transporte, cestas de la compra, productos, etc., entre varias personas. De hecho, según un estudio de Nextdoor, los vecinos españoles han ahorrado hasta 190 euros gracias a la ayuda de sus vecinos.

Otra tendencia son los bancos de tiempo que proponen el intercambio de servicios sin que medie el dinero, sino que se emplean las denominadas “monedas sociales”. De esta forma, los vecinos pueden intercambiar habilidades sin gastarse un euro, contabilizando las horas de servicio prestado y recibido. Si tú no sabes coser pero eres muy bueno en inglés, un vecino puede coger la aguja y el hilo por tí a cambio de unas clases de vocabulario.

La investigación de Nextdoor concluye que un 34% de los vecinos españoles ha recibido prestado algo que, de otro modo, hubiera tenido que pagar; mientras que un 32% ha recibido ayuda de parte de sus vecinos con tareas/deberes de la vida diaria.

“En Nextdoor perseguimos un barrio que ayude, se preocupe y tenga conciencia real por la situación de los que le rodean. La persona que vive en la puerta de al lado puede ayudarte a llevar un consumo más responsable y, bien sea por contribuir al bienestar del planeta o bien sea por razones económicas, o por un poco de ambas, rechazar el consumo compulsivo puede ayudarte a contribuir a una sociedad más justa y amable” comenta Katherine Villegas, City Manager de Nextdoor en Madrid.

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