El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sigue sumido en la incertidumbre en lo que respecta a la aceptación de la dimisión de la vocal progresista Concepción Sáez, y la posible renuncia de Álvaro Cuesta, quien la semana pasada planteó la idea de una salida colectiva de todo el bloque progresista.
El pleno celebrado el pasado jueves no arrojó ninguna respuesta a estas cuestiones, y el presidente suplente, Rafael Mozo, sigue sin revelar si aceptará la dimisión de Sáez. Además, seguimos sin tener una confirmación por parte de Cuesta sobre su posible renuncia.
Lo cierto es que la situación en el CGPJ es tensa desde hace tiempo. El bloque progresista se queja de la falta de diálogo por parte del PP, que cuenta con mayoría en el Consejo. La dimisión de Sáez, que se hizo pública en el mes de julio, se enmarca en este contexto, y ha sido interpretada por algunos como una forma de protesta.
Sin embargo, la dimisión de Sáez no ha sido aceptada aún por el Consejo, lo que ha generado malestar en el bloque progresista, que critica la tardanza en la toma de decisiones.
Por su parte, Álvaro Cuesta, uno de los vocales más activos en la defensa de las políticas progresistas, ha planteado la posibilidad de una salida colectiva si no se respetan sus demandas. Sin embargo, parece que esta idea no ha sido compartida por el resto de sus compañeros de bloque.
En cualquier caso, lo que está claro es que la situación en el CGPJ es insostenible. El bloque progresista acusa al PP de no respetar los acuerdos alcanzados, y de actuar de manera unilateral en la toma de decisiones.
Por otro lado, el hecho de que la dimisión de Sáez no haya sido aceptada aún genera dudas sobre la independencia del Consejo, ya que algunos acusan al PP de querer mantener a toda costa su mayoría en el mismo.
En definitiva, el CGPJ está inmerso en una crisis que parece no tener fin. Las declaraciones de los vocales progresistas evidencian un profundo malestar, y la inacción del Presidente del Consejo sólo contribuye a incrementar la incertidumbre.
Es necesario que las partes implicadas dialoguen y busquen soluciones para desbloquear la situación. El CGPJ es una institución clave para el correcto funcionamiento del sistema judicial, y su crisis actual pone en entredicho la independencia del poder judicial en nuestro país.
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