En un movimiento político que ha sorprendido a observadores y analistas por igual, Diana Morant, ministra de Ciencia, se ha convertido en una presencia constante en los Comités de crisis para el seguimiento de los devastadores efectos de la Depresión Atmosférica a Niveles Altos (DANA) en Valencia, superando incluso la participación de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Este hecho no sólo ha propulsado a Morant al centro del escenario político en un momento crítico para la región afectada, sino que también ha levantado especulaciones sobre un potencial enfrentamiento electoral con Carlos Mazón, figura prominente de la Comunidad Valenciana.
Desde el 29 de octubre, la agenda de Morant ha sido dominada casi en su totalidad por la crisis de la DANA, dedicando solamente un día a sus deberes habituales como ministra de Ciencia. Esta dedicación hacia la gestión de la emergencia ha tenido múltiples interpretaciones, pero una constante en las discusiones es la posible motivación política detrás de su prominente rol en esta crisis. Fuentes cercanas sugieren que la actuación de Morant puede estar enfocada en fortalecer los canales de comunicación con alcaldes del PSPV-PSOE de los municipios afectados, proporcionando un soporte esencial en medio del caos administrativo desatado por las inundaciones.
El «tour mediático» que ha seguido a su intervención en la crisis es otro punto que ha generado debates. Morant ha estado presente en una variedad de programas de televisión y radio, ofreciendo entrevistas a un ritmo impresionante de una cada dos días. Su presencia mediática no solo ha servido para dar visibilidad a la respuesta del gobierno ante la catástrofe, sino también como plataforma para criticar la gestión de sus adversarios políticos, especialmente la de Mazón y su equipo.
Estas acciones han revelado una estrategia clara de parte del gobierno central de no quedarse al margen del juego político, incluso en tiempos de crisis. Criticas hacia la oposición y la movilización de recursos para las víctimas de la DANA se entrelazan con decisiones que algunos interpretan como tácticas electoralistas previas a un posible adelanto de elecciones en la Comunidad Valenciana.
En paralelo a estos acontecimientos políticos, Pedro Sánchez y otros miembros del gabinete continúan sus agendas internacionales y nacionales, tratando de equilibrar la atención entre la emergencia en Valencia y sus obligaciones y proyectos en marcha. Esta situación de crisis se suma a la ya existente polarización política en España, recordándonos que la gestión de desastres naturales rara vez escapa a las dinámicas del poder político.
Mientras tanto, tanto en Valencia como en el resto de España, los ciudadanos observan y esperan, conscientes de que las respuestas a esta tragedia pueden tener implicaciones que van mucho más allá de la recuperación inmediata de las áreas afectadas, adentrándose en el terreno de la lucha política y electoral.