En un trágico suceso que ha conmocionado a la localidad de Mocejón, Toledo, la Guardia Civil intensifica sus investigaciones para aclarar las circunstancias que rodearon el asesinato del pequeño Mateo, de apenas once años. Con el único sospechoso, Juan, ya bajo custodia, los investigadores confían en diversos indicios para sostener la acusación, más allá de las declaraciones del detenido. Elementos cruciales como la ropa del acusado, los testimonios de los supervivientes y el registro de cámaras de videovigilancia han sido fundamentales hasta ahora, y la búsqueda del arma homicida continúa, con la esperanza de que su hallazgo aporte pruebas definitivas para el caso.
El crimen ha sacudido las tranquilas calles de Mocejón, un municipio de 5.000 habitantes, donde todos parecen conocer a la familia del acusado, conocidos localmente como ‘los Sorosos’. La ubicación del detenido en momentos clave, tanto por grabaciones de videovigilancia cercanas al lugar del crimen, como por el recorrido que habría hecho hacia el polideportivo, ha permitido a las autoridades estrechar el cerco en torno a Juan, de 20 años.
La detención se produjo después de que los investigadores visitaran varias ubicaciones, incluido el domicilio donde Juan se habría cambiado de ropa tras el apuñalamiento. Los registros en casas de familiares cercanos no solo buscaron evidencia directa del crimen sino también el arma utilizada, que aún no ha sido encontrada.
El trasfondo de este caso se complica con las declaraciones contradictorias ofrecidas por el padre del acusado respecto a la salud mental de su hijo. Mientras asegura que Juan tiene una discapacidad significativa y menciona el autismo, también insiste en que su hijo está en plena capacidad mental y no recibe tratamiento. Estas afirmaciones han abierto un debate sobre la responsabilidad penal del acusado y su capacidad para enfrentar un proceso judicial.
A medida que la investigación avanza, la comunidad local y los medios de comunicación siguen de cerca un caso que ha generado no solo duelo sino también numerosas interrogantes sobre la seguridad en pequeñas localidades y el tratamiento de individuos con trastornos mentales dentro del sistema judicial. Los vecinos, aún en shock, han rendido homenaje a Mateo, recordándolo como una presencia alegre en sus vidas, cuya ausencia ha dejado un vacío imposible de llenar.
Mientras tanto, la Guardia Civil continúa su búsqueda incansable de respuestas y justicia para Mateo. La recuperación del arma homicida podría ser un paso crucial en este proceso, ofreciendo la evidencia necesaria para esclarecer definitivamente lo ocurrido ese trágico día en Mocejón.
