En una revelación que conjuga el pasado con el presente, investigaciones recientes han sacado a la luz la existencia de la aldea más antigua de Europa, fechada hace 8.000 años y situada bajo las aguas de un lago en Albania. Este descubrimiento, que aporta valiosa información sobre los asentamientos prehistóricos en el continente europeo, se suma a otro acontecimiento de gran envergadura: la presentación del avión más grande del mundo, con una longitud récord de 108 metros, proyectado para surcar los cielos próximamente.
Paralelamente, en un contrapunto cultural y gastronómico, el corazón de Madrid celebra la continuidad y la innovación a través de Casa Botín, reconocido por el Libro Guinness de los Récords como el restaurante más antiguo del mundo, fundado en 1725. Este emblemático sitio no solo ha sabido conservar su esencia a lo largo de los siglos, sino que también ha sabido adaptarse, ofreciendo experiencias culinarias que rinden honores a la cocina castellana, con especial atención en sus platos estrella: el cochinillo y el cordero asado.
Casa Botín ha logrado posicionarse entre los establecimientos gastronómicos más legendarios a nivel mundial, habiendo sido incluido por la revista Forbes entre los 10 mejores restaurantes clásicos del orbe. La tradición sigue siendo su principal ingrediente, recibiendo bi-semanalmente cochinillos y corderos directamente desde el triángulo de Sepúlveda-Aranda-Riaza. Estos ingredientes son preparados en un horno centenario, manteniendo las técnicas de cocción que han encumbrado a este restaurante a lo largo de los años.
Además, Casa Botín no solo es famoso por sus delicias culinarias, sino también por ser un lugar donde se han cruzado caminos de importantes figuras literarias. Personalidades como Ernest Hemingway, Benito Pérez Galdós, Graham Greene y María Dueñas han encontrado en este rincón un refugio de inspiración y han inmortalizado en sus obras la esencia de este icónico lugar.
Así, mientras Europa contempla asombrada el descubrimiento de sus raíces más remotas y espera la llegada del avión más colosal jamás construido, Madrid sigue celebrando su rica herencia cultural y gastronómica en lugares como Casa Botín, un puente entre la historia y el presente que continua maravillando a propios y extraños.