Denegación por parte del Ministerio a la solicitud de Galicia para ser declarada zona catastrófica

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El marisco gallego vive momentos críticos tras enfrentar uno de sus peores desafíos en años recientes, una serie de fuertes lluvias que han puesto en jaque a toda una industria vital para la economía regional. Las rías gallegas, conocidas por engendrar algunos de los mariscos más apreciados, han sufrido un duro golpe este otoño debido a más de 30 días consecutivos de precipitaciones, a menudo torrenciales, reduciendo drásticamente la salinidad del agua, hasta llegar a niveles críticos de cero. Este cambio en las condiciones del hábitat acuático ha sido particularmente devastador para moluscos bivalvos, como berberechos y almejas, con informes mostrando una caída de hasta el 80% en la productividad en las provincias de A Coruña y Pontevedra.

Ante esta situación, la Xunta de Galicia ha solicitado al Gobierno central la declaración de zona catastrófica para las rías afectadas, una petición que ha sido rechazada. Esta negativa no solo ha abierto un nuevo frente en las ya tensas relaciones entre las administraciones estatal y autonómica, sino que también ha puesto de relieve las críticas por la gestión de la crisis. Según comunicado del delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, en nombre de los ministerios de Interior y de Política Territorial, la razón detrás del rechazo se asienta en que la competencia en estos casos recae en las comunidades autónomas, exceptuando situaciones de emergencia de nivel 3.

Blanco criticó la gestión de la Xunta, argumentando que durante el período crítico, la administración autonómica no activó ningún plan de protección civil en fase de emergencia, limitándose a mantener el Plan de Protección Civil ante el riesgo de inundaciones en fase de alerta y seguimiento. Por otro lado, la Xunta de Galicia, apoyada por varios informes científicos, ha resaltado la excepcionalidad de las precipitaciones registradas y el impactante descenso en la productividad del sector marisquero, destacando una pérdida del 80% en la producción y del 57% en la facturación, comparada con el año anterior en el mismo período.

La crisis ha trascendido hasta el Parlamento gallego, donde el grupo socialista ha exigido conocer las medidas propuestas para paliar la situación, al mismo tiempo que se ha señalado la necesidad de afrontar con planes permanentes el impacto del cambio climático, que promete eventos extremos de sequía y lluvias intensas más frecuentes. Se propone incluso estudiar alternativas para las rías, como la búsqueda de especies más resistentes a la baja salinidad.

El escenario es desolador, con toneladas de moluscos muertos apareciendo en las playas, un recordatorio gráfico de la crisis que vive el sector. Investigadores advierten que este tipo de problemas se harán más habituales en el futuro, complicando aún más la subsistencia de las especies marítimas y la economía de un sector clave para Galicia.

Con todo, el futuro del marisco gallego y de las comunidades que dependen de este sector se vislumbra incierto. Las recientes condiciones climáticas adversas, sumadas a la falta de medidas preventivas y de recuperación eficaces, ponen de manifiesto la urgente necesidad de diálogo y cooperación entre las diferentes administraciones y sectores afectados, así como la adopción de estrategias sostenibles que garanticen la supervivencia de este importante recurso natural y económico.

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