De cuando defender a los trabajadores era castigado como un asesinato con 40 puñaladas.

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La historia de la oposición al régimen franquista es una historia de lucha, sacrificio y valentía. Una de las páginas más oscuras de esa etapa fue el Proceso 1001, que tuvo lugar en 1973 y supuso uno de los actos de represión más brutales contra los sindicatos de trabajadores. Diez líderes de Comisiones Obreras fueron condenados a altísimas penas de prisión -162 años en total- por el delito de «asociación ilícita», una condena que hoy en día parece desmesurada e injusta.

La represión del Régimen contra los sindicatos de trabajadores, así como otros sectores de la oposición democrática, tenía como objetivo acabar con ellos y dejar claro que cualquier intento de oponerse al gobierno sería duramente castigado. En este caso, la estrategia del Régimen acabó volviéndose en su contra. El Proceso 1001 destapó una ola de solidaridad internacional y unió a la lucha antifranquista. Además, trajo nuevos sectores a la protesta y demostró el poder que tienen los trabajadores unidos.

La exposición inaugurada este jueves en la Biblioteca Nacional es una forma de honrar a estos líderes sindicales y reconocer su sacrificio por la causa democrática. La muestra cuenta con documentos, fotografías y objetos que pertenecieron a los líderes de Comisiones Obreras condenados. También hay materiales que ilustran la lucha antifranquista de ese periodo y la solidaridad internacional que se despertó en esos años.

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, inauguró la exposición y destacó la importancia de recordar el sacrificio y la lucha de estos líderes para conseguir la democracia en España. La inauguración contó con la presencia de supervivientes del Proceso 1001, así como de sus abogados, el líder de CCOO y el secretario de Estado de Memoria Democrática.

Para Fausto Canales, hijo y sobrino de represaliados del franquismo, la exposición es una muestra de justicia histórica y un homenaje a todos los luchadores por la libertad en España. Canales es uno de los muchos familiares de las víctimas del franquismo que acudieron a la inauguración de la exposición. Muchos de ellos expresaron su emoción y su agradecimiento por el tributo que se hace a los luchadores sindicales asesinados o encarcelados por el régimen franquista.

La exposición en la Biblioteca Nacional es una oportunidad de conocer mejor la historia de la lucha antifranquista en España y de honrar a los que dieron su vida y libertad por esta causa. Es también un recordatorio de que el pasado no se puede olvidar y que la memoria democrática es esencial para la construcción de una sociedad más justa y libre. La lucha de Comisiones Obreras y de otros sindicatos de trabajadores contra el régimen franquista ha dejado un legado que sigue vivo hoy en día, y es nuestra responsabilidad mantener vivo ese legado y honrar a los que lucharon por la libertad y la democracia.

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