Cristina Bucsa, de 25 años, nacida en Chisinau, Moldavia, pero residente en Torrelavega, España, acaba de lograr su primer triunfo en Australia, alcanzando el top-100 del circuito de la WTA. Bucsa se destaca del prototipo moderno de tenista, no posee patrocinios ni cuenta con una fuerte presencia en las redes sociales. Viaja únicamente acompañada por su padre, y se caracteriza por su filosofía de vida que se basa en la libertad, la búsqueda de conocimiento y la sencillez. Estudia Psicología a través de la UNED, habla cuatro idiomas y admira a Serena Williams y Kim Clijsters. Bucsa y Aliona Bolsova, también nacida en Moldavia, representan otra forma de encarar el día a día del tenis.
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