El pasado jueves, la ciudad de Valencia se vio envuelta en una situación terrible. Una mujer de 68 años, Elena De Solís, fue encontrada muerta en su domicilio del barrio de San Marcelino, presuntamente estrangulada por su propio hijo menor. La noticia fue un shock para los habitantes de la zona, quienes se mostraron consternados por lo sucedido.
Según los informes, Elena De Solís tenía problemas de esquizofrenia y había estado confinada en casa desde que comenzó la pandemia. Esta situación habría afectado gravemente su salud mental y estado de ánimo. Al parecer, su hijo menor, Javier F. S., que estaba bajo medicación por una supuesta depresión, habría golpeado a su madre con algún objeto contundente previamente antes de estrangularla, aunque esto será confirmado por la autopsia. En la vivienda se encontró el palo de una fregona roto, pero parece que pudo utilizar algún otro objeto más contundente.
Para Eduardo, el hijo mayor de Elena y quien se encargaba de sus cuidados, fue devastador encontrarse con la escena del crimen. Su hermano menor había atrancado la puerta de su habitación con muebles, como si quisiera alejarse del brutal crimen que acababa de cometer. Eduardo alertó a los servicios de emergencia e informó del presunto parricidio.
Los agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local de Valencia acudieron al lugar de los hechos y procedieron a la detención del presunto parricida, Javier F. S., quien en el trayecto al centro de detención admitió haber estrangulado a su madre. El presunto parricida tendrá que ser evaluado por forenses expertos en psiquiatría para saber si era consciente o no de sus actos.
Esta situación ha conmovido profundamente a los vecinos de San Marcelino, quienes están más unidos que nunca en solidaridad con Eduardo y la familia afectada. «Elena era una mujer amable que siempre pedía cigarrillos o que la invitaran a café. La pandemia le había dejado afectada», indicó una vecina del barrio.
En medio de esta tristeza, surge la importante reflexión de cómo la pandemia ha afectado a la salud mental de las personas con padecimientos preexistentes. La señora De Solís era una muestra clara de ello. Es fundamental que, en estos tiempos de aislamiento social, las personas con enfermedades mentales reciban el apoyo y cuidado necesario para su bienestar.
Finalmente, Javier F. S. se encuentra actualmente hospitalizado en la unidad de psiquiatría del Hospital La Fe de Valencia debido a su estado de agitación en los calabozos, donde permanecerá hasta ser puesto a disposición judicial. La justicia deberá llevar a cabo una exhaustiva investigación para esclarecer los hechos y determinar la responsabilidad del presunto parricida en la muerte de su madre. El dolor que ha causado esta situación debe ser una llamada a la reflexión y la solidaridad con las personas que sufren enfermedades mentales.
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