Más de dos millones de personas se encuentran cobrando algún tipo de subsidio o paro en España en la actualidad, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal. Aunque estas personas ya no perciben salario y se han quedado en situación de desempleo, aún deben cumplir con sus obligaciones fiscales, lo cual puede generar confusión o sorpresa para algunos.
La razón detrás de esto es que la prestación contributiva por desempleo, los subsidios y la Renta Activa de Inserción se consideran todas rentas del trabajo y, por lo tanto, tributan como los salarios por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Así lo establece Hacienda y lo indica la ley del IRPF, que considera estas prestaciones como rendimientos del trabajo.
Aunque puede parecer injusto que quienes ya sufren el desempleo tengan que pagar impuestos sobre su ayuda económica, la razón detrás de esto es simple: estas prestaciones derivan de la actividad laboral del contribuyente y, por lo tanto, deben tributar como tal. De alguna manera, se podría decir que se trata de un salario diferido o aplazado, que llega en forma de ayuda económica cuando la persona queda en situación de desempleo.
Es importante destacar que, aunque estas prestaciones tributan, su tasa de retención es menor que la de los salarios, lo cual significa que la cantidad que realmente se paga en impuestos es menor que si se tratara de un salario completo. Además, existen algunas deducciones fiscales que pueden aplicarse en estos casos, lo cual puede reducir aún más la cantidad que se debe pagar.
Para quienes estén cobrando alguna prestación por desempleo en la actualidad, es importante tener en cuenta que deben descargar su propio certificado de IRPF para presentarlo ante Hacienda. Este documento puede obtenerse en la sede electrónica del SEPE a través de certificado digital o DNI electrónico, y se enviará un PIN al número de móvil para confirmar la identidad del solicitante.
En conclusión, aunque pueda parecer sorprendente o incluso injusto que las prestaciones por desempleo tributen como salarios, esto tiene una explicación sencilla y lógica: se trata de una forma de garantizar que quienes reciben estas ayudas económicas también contribuyen al sostenimiento del Estado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existe cierta flexibilidad en cuanto a las tasas de retención y algunas deducciones fiscales que pueden aplicarse, lo cual puede ayudar a reducir el impacto de estos impuestos sobre quienes ya se encuentran en una situación difícil.
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