Indonesia está construyendo una nueva capital, Nusantara, en la isla de Borneo para reemplazar a Yakarta, la actual capital, que sufre de graves problemas de congestión y hundimientos debido al cambio climático. La nueva ciudad, que será el doble de extensa que Nueva York, se promociona como una ciudad forestal sostenible centrada en bosques, parques, producción de alimentos, energía renovable y edificios ecológicos. Sin embargo, la construcción de la nueva capital ha sido objeto de críticas de grupos ambientalistas y comunidades indígenas que señalan la destrucción del medio ambiente, la reducción del hábitat de especies en peligro de extinción como los orangutanes y el desplazamiento de comunidades indígenas que dependen de la tierra para vivir. La construcción también puede acelerar la deforestación de una de las más grandes y antiguas selvas tropicales del mundo. La nueva ciudad también atraviesa un importante corredor animal, lo que dificulta la reubicación de animales únicos de la región, como los orangutanes y los osos malayos. Los expertos también han expresado su preocupación sobre la energía que será utilizada por la nueva capital, especialmente si se utilizan plantas de energía de carbón en la región. Además, los grupos indígenas en la región temen que la expansión urbana de la nueva capital pueda empeorar las cosas. Aunque la Administración se ha comprometido a respetar los derechos indígenas y compensar a aquellos que pierden sus hogares, gran parte de los terrenos se transmite de padres a hijos sin papeleo de ninguna clase y no todas las áreas tribales están reconocidas formalmente. Indonesia espera inaugurar la ciudad oficialmente el 17 de agosto de 2024 en coincidencia con el Día de la Independencia de Indonesia.
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