En un verano marcado por el aumento de temperaturas y la consecuente proliferación de especies marinas inusuales en las costas españolas, una nueva preocupación emerge para turistas y locales: el anélido Hermodice carunculata, comúnmente conocido como gusano de fuego. Este visitante relativamente nuevo en las playas españolas está causando alarma no solo por su impacto en los bañistas, debido a sus dolorosas picaduras, sino también por las serias implicaciones que tiene para la biodiversidad marina.
La presencia de este gusano no es una novedad en aguas templadas y cálidas, como las del Mediterráneo, donde se le ha avistado en años recientes. Sin embargo, su número ha ido en aumento, una tendencia que los expertos atribuyen al cambio climático y las alteraciones de las corrientes marinas que elevan la temperatura del agua. Hermodice carunculata, a simple vista, podría pasar como un organismo marino más, dado su colorido aspecto y tamaño, que puede llegar hasta los 30 centímetros. Sin embargo, sus cerdas blancas translúcidas ocultan un mecanismo de defensa muy eficaz que puede causar dolor, enrojecimiento, hinchazón, ampollas y, en algunos casos graves, alergias e infecciones si no es tratado adecuadamente.
Este gusano representa una amenaza no solo para los humanos sino también para el ecosistema marino, ya que es un depredador de corales y otros organismos importantes para la salud de los arrecifes. Su expansión a zonas donde no era común es motivo de preocupación entre biólogos y conservacionistas que monitorean su impacto en la biodiversidad marina.
Las autoridades, ante la creciente presencia de este anélido en las playas, han comenzado a tomar medidas para informar al público sobre los riesgos asociados a su picadura y cómo actuar en caso de contacto. Se han instalado carteles en las playas más afectadas, y se aconseja a los bañistas evitar el contacto con cualquier criatura marina desconocida. En caso de picadura, recomiendan lavar la zona con agua salada, retirar cuidadosamente las cerdas incrustadas, aplicar frío en la zona afectada y buscar atención médica si los síntomas persisten.
Este verano, el desafío no son las medusas ni el pez araña, sino el gusano de fuego, cuyo impacto en las playas españolas pone de manifiesto la necesidad de un enfoque más amplio en la gestión de la salud de nuestros mares y la protección de sus ecosistemas frente a las amenazas emergentes.